Durante el periodo de las fiestas navideñas nuestras rutinas se alteran y el plan de dieta y ejercicios se interrumpe. En España es normal que muchos comencemos a festejar desde mediados de diciembre hasta el seis de enero, lo que significa casi un mes comiendo golosinas, con escaso tiempo para ejercitarnos. A esto se le suma el hecho de que muchos viajamos a visitar parientes y amigos, o tenemos la casa llena. Todo esto, naturalmente, altera nuestros patrones alimenticios. |
La comida no puede estar ausente en esta época del año ya que cumple la función de ser un integrador social. Además es difícil resistirse a los romeritos, el bacalao, los turrones, el ponche, el pavo, y los postres. Sin embargo, el comer sin límite durante un mes trae sus consecuencias y en enero la gente se pregunta ¿cómo pude acumular tantos kilos en tan poco tiempo?. La planificación es muy importante durante estos días. No se trata de no comer sino de ayudar al organismo a no trabajar a marchas forzadas y aprender a compensar lo que comemos. Aunque parece inevitable aumentar de peso durante la Navidad, hay varios recursos para aminorar la carga excesiva de los días festivos: – Planea tus comidas en los días que no tienes festejos: Puedes hacer un desayuno y una comida ligera si sabes que en la noche no te podrás resistir a la suculenta cena. – Come liviano al día siguiente de una gran fiesta. – Para ser anfitriona de una fiesta creativa y baja en calorías: En lugar de las típicas botanas a base de frituras, coloca en la mesa un platón con trozos de verduras bien cortadas como apio, zanahoria, jícama y pepino o bien verduras semicocidas como brócoli, coliflor y calabazas. Adórnalas y acompáñalas con aderezos a base de yogurt, jugo de frutas o limón. – Prepara una buena ensalada para acompañar el plato fuerte. – No abuses de las grasas. Puedes modificar tus recetas utilizando menos cantidad de mantequilla, margarina, crema y aceite. Además puedes utilizar leche descremada para tus postres y sustituir la crema por yogurt natural. – No abuses de las cantidades: Aunque en la mesa se sirvan platillos maravillosos, elije con cuidado y no exageres en las porciones de los alimentos. Come con tranquilidad disfrutando de cada bocado sin provocarte una indigestión. – Realiza elecciones saludables: Al seleccionar la comida típica, prefiere el pavo y acompáñalo con alguna ensalada. Una de las cualidades más apreciadas del pavo es su bajo contenido en grasa. Por este motivo, podrás incluirlo en tu alimentación aunque estés pensando en guardar la línea. Además de servirlo relleno, horneado o acompañado de diversas salsas, puedes sorprender a tus invitados con unas sencillas entradas elaborados a base de pechuga de pavo cocida. – Bebe más agua y menos alcohol: El agua te ayuda a digerir mejor los alimentos. Recuerde que el alcohol tiene siete calorías por gramo. No lo consumas en exceso. – Aprende a decir que no: Si ya estás satisfecha aprende a decir “Gracias , la cena estaba deliciosa, pero ya estoy satisfecha”. – No llenes la alacena de dulces “para las visitas”: Corres el peligro de quedarte con una alacena llena de tentaciones. – Quema algunas calorías: Salir a caminar es una excelente opción. Si tienes alguna rutina de ejercicios, mantenla. Si no la tienes, no espere hasta el próximo año, empieza poco a poco desde hoy. Baila lo más que puedas en las fiestas. – Por último, disfruta de la compañía de tus familiares y amigos, da gracias por lo que tienes y elabora propósitos para el año que viene que lleven a ti y a tus seres queridos a llevar una vida más sana. |