La menopausia es el día en el que la mujer ha dejado de tener la regla. Dicho hecho se ha de ir confirmando en los próximos meses ya que en ocasiones son falsos avisos. La postmenopausia o climaterio hace referencia, pues, al periodo siguiente al de la última regla.
Dicho periodo ha de ser contemplado por la mujer pleno de optimismo y más con los tiempos actuales en el que en dicha edad se puede estar en plena salud y mantenimiento de todas la aptitudes para la vida.
En la mayoría de los casos, la mujer ya está predestinada desde su nacimiento a tener la menopausia en un momento determinado de su vida ya que todas las mujeres nacen con un número determinado de óvulos que van madurando a lo largo de su vida y cuando el reservo de estos se han agotado, es cuando sobreviene la menopausia.
Como consecuencia, se produce un cambio hormonal muy acusado en la mujer, que la hace más proclive a engordar. Pasados los cinco primeros años posmenopáusicos, el peligro de engordar comienza a desaparecer por lo que es muy importante que durante esta época la mujer posmenopáusica preste gran atención a su dieta y al ejercicio físico. La distribución de la grasa además cambia de forma ostensible disminuyendo la cantidad acumulada en la cintura y acumulando una mayor cantidad de grasa en el abdomen.
Además, este control dietético no sólo tendrá beneficios sobre su figura sino también sobre la salud ya que ayudará a prevenir problemas derivados del almacenamiento de grasa como diabetes, hipertensión, problemas circulatorios, vasculares y articulares.
Los habituales sofocos de la mujer posmenopausica en los primeros años se debe a la disminución en el nivel de estrógenos. Puede amortiguarse en gran medida si se realiza una dieta para adelgazar ya que cuanta mayor acumulación de grasa haya, mayor son la intensidad de los sofocos. Por otra parte, existen alimentos ricos en isoflavonas y dentro de éstas, existe un subgrupo denominado fitoestrógenos que son similares estructuralmente a los estrógenos esteroideos por lo que ayudan a amortiguar esos sofocos tan molestos. Los alimentos ricos en isoflavonas son los cereales, las legumbres, las hortalizas y la soja. Además, estas isoflavonas aportan otros beneficios como la reducción de los niveles de colesterol en sangre, la disminución del riesgo de cáncer de mama, y es posible que tengan cierto efecto protector frente a la osteoporosis.
Por ello y teniendo en cuenta que el consumo habitual de cereales, legumbres y hortalizas lleva consigo asociado otros beneficios sobre la salud, está aconsejado su habitual consumo.
Durante esta etapa de la vida hay que tener ciertas precauciones como el consumo abundante de agua ya que durante edades más avanzadas comienzan a disminuir la sensación de sed aunque no porqué el cuerpo no lo necesite, por lo que se deberá ser consciente de esta necesidad y hacer pequeños esfuerzos por incluirla en la dieta. Por otra parte también habrá que tener la precaución de incluir pequeñas tomas de proteínas en todas las comidas del día pues la mujer es menos receptiva que el hombre a los alimentos ricos en proteínas. En lo referente a las grasas, la mujer había estado protegida hormonalmente durante su vida reproductiva a las enfermedades cardiovasculares pero después de la menopausia dicha protección desaparece por lo que habrá que tener cuidado con la ingestión de alimentos ricos en colesterol como embutidos, patés, huevos, bollería, galletas, víscera de animales, grasas de la carne, etc. Otra enfermedad a la que están más expuestas es a la diabetes. Para prevenirla, se debe atender a los niveles de glucosa en sangre y si estos están elevados sería una buena idea hacer una dieta de tipo hipocalórica por un tiempo. Para eludir esta enfermedad siempre es aconsejable el consumo de hidratos de carbono complejos y la restricción en azúcares simples.
En cualquier caso, y a modo general, se debe ingerir una dieta sana y equilibrada que asegure la ingestión de todos los nutrientes necesarios para el mantenimiento de la salud, así que la mujer posmenopáusica no es una excepción y se le aconseja el consumo abundante de frutas, verduras, legumbres, cereales y agua, y en cambio restringir el consumo de dulces, bollería, galletas, carnes grasas, alcohol o embutidos.